Autor

Xavi Garcia

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Además de diversas en comercios y productos, Barcelona se caracteriza por ser una ciudad de diseño. Ésta fama es resultado de años de trabajo en escuelas de primer nivel internacional y de la exhibición de colecciones únicas.

Si un eslogan afirma que «Barcelona es la mejor tienda del mundo«, la calidad y el diseño de muchos de sus productos también merecen mencionarse.

Además de arquitectura única y arte de vanguardia, sobretodo tras los JJOO de 1992, el diseño de Barcelona también cuenta con reconocimiento internacional. Por ello es foco de atracción, tanto de profesionales como de alumnos.

Por poner un ejemplo, Barcelona cuenta hoy por hoy con más escuelas de diseño que la propia ciudad de Nueva York.

El resultados son trabajo que encontramos tanto en ambas ciudades. Tanto en forma de objetos de uso cotidiano como en galerías que se mueven en la frontera del arte y el diseño de Barcelona.

Las galerías de Ciutat Vella y del Eixample, o lugares como La Sala Vinçon, son un excelente escaparate del diseño hecho aquí. Espacios donde encontrar producto de diseño con la mejor calidad que proyectan el ‘made in Barcelona‘ a todo el mundo.

Los barrios más históricos de Barcelona cuentan con edificios que rebosan arte por los cuatro costados. Un despliegue que complementan las galerías de Barcelona en Ciutat Vella, donde salas centenarias y tendencias artísticas se unen.

Entre las numerosas y prestigiosas galerías de arte de Barcelona, las de Ciutat Vella destacan por el marco urbano que las rodea. Salas integradas en el Gremio de Galerías de Arte de Catalunya y que pueden recorrerse en cualquier época del año, caminando por El Gótico o El Raval.

Conocerlas es descubrir nuevos artistas junto a figuras consagradas. Un mágia combinación con el mejor arte por excusa.

En un momento de explosión popular y transformación conceptual, Ciutat Vella acoge tesoros artísticos entre calles llenas de historia.

Un paseo entre sus 10 principales galerías nos ayudará a descubrir lo más artístico que hoy ofrece al paseante.

La marca Barcelona consolida su éxito en todos los mercados culturales. La literatura no es una excepción con numerosos de libros sobre Barcelona en cualquier librería. Ficción o realidad, la ciudad es un éxito de ventas.

El éxito de la literatura sobre Barcelona ilustra la proyección internacional de toda una ciudad de referencia cultural.

No sólo las librerías se rinden a éste auténtico fenómeno editorial. Quioscos, tiendas de souvenirs y otros comercios se rinden a una ciudad que es ‘bestseller en cualquier formato o género.

Su historia, su arquitectura y su arte podrían llenar más de un estante de cualquier biblioteca.

Bulevares como La Rambla o barrios como La Ribera se alternan con templos como Santa Maria del Mar o hechos como los de la Guerra de Sucesión. Editoriales y autores han aprovechado el auge de una ciudad para inmortalizar su obra.

Junto a edificios modernistas de finales del siglo XIX, Barcelona conserva ascensores con la esencia artística de aquel momento. Elegantes y artesanales, son piezas de museo que funcionan como el primer día.

Los maestros del modernismo catalán maravillaron al mundo con una arquitectura de altura, pero junto a ella se desarrollaron otras piezas también artísticas. Los ascensores que compartieron época con A. Gaudí, Ll. Domènech i Montaner, J. Puig i Cadafalch o J.M. Jujol también marcaron una época dorada.

El Eixample de Barcelona y Ciutat Vella permite recorrerlos y disfrutarlos, formando parte de monumentos o de comunidades de vecinos. Un viaje en el tiempo que nos hace retroceder más de 100 años y redescubrir joyas irrepetibles del siglo XIX.

Detalles contemporáneos junto piezas de ‘art nouveau‘ que merecen un alto en el camino para ascender hasta el mismo cielo. La renovación urbana de aquella Barcelona se vió desbordada por una creatividad que llegaba más allá de la fachada o los interiores del principal (habitual vivienda del propietario).

Entre la Barcelona medieval y la cultural, El Born y La Ribera se mueve en laberínticas calles con tradición artesana. Entre palacios, templos y lugares dedicados al comercio, moda y bares han abierto un espacio creativo donde confluyen tendencias.

Expandiéndose más allá de las murallas medievales, Barcelona pasó a ser la ciudad moderna que conocemos.

Cerca de la Catedral de Barcelona del barrio El Gótico de Barcelona, la Vía Laietana es la frontera que transporta a los orígenes medievales de la ciudad. Conectando el puerto con El Eixample, la vieja Barcelona queda seccionada por esta bulliciosa avenida.

Bajo el mercado de Santa Caterina, la Calle Princesa conecta el Parque de la Ciutadella con la Vía Laietana y separa los barrios de Sant Pere y Santa Caterina de La Ribera y El Born.

Ahi emerge una zona que atrae por su encanto, entre callejas que pertenecieron al antiguo barrio de mercaderes, artesanos y gremios de la ciudad. Un entramado de pasajes dedicados hoy a la moda y el diseño, entre bares actuales y palacios medievales.

Calles que recuerdan viejos oficios y gremios junto a una bella basílica y un mercado que resurge de sus cenizas. Símbolos de una ciudad milenaria.

El centro de Barcelona tiene arte a la vista de todos, en cada calle y plaza. Pero también hay un talento que escapa a los ojos. Las galerías del Eixample lo conservan y acercan a todo aquel que sabe apreciar una obra maestra.

Un recorrido por aquellas galerías del Eixample que cuentan con mayor reconocimiento y singularidad es un paseo por lo mejor del pasado y presente artístico. Visitar estas salas es tener la oportunidad de pasear entre la obra de artistas consagrados y la frescura de nuevas promesas, intercambiando impresiones con sus responsables.

Veamos 11 galerías imprescindibles entre las numerosas salas de éste emblemático barrio barcelonés caracterizado por la arquitectura.

Tres galerías en Enric Granados

Galería Marlborough (C/ Enric Granados, 68)

La historia de Malborough es la de una gran familia de galerías repartidas por todo el mundo. La primera se abrió en Londres en 1946. Su prestigio la convirtió en lugar de referencia en los años 50 para acabar abriendo en Nueva York, Florida, Chelsea, Tokio o Mónaco llegaron más tarde.

Malborough llegó a la capital catalana en 2006, y desde entonces las galerías de Madrid y Barcelona trabajan coordinadamente, organizando numerosas exposiciones conjuntas. Malborough cuenta con una gran sala dedicada a la obra gráfica de artistas contemporáneos con exposiciones permanentes y monográficos.

3 Punts Galería (C/ Enric Granados, 21)

3 Punts se concentra en la promoción del arte contemporáneo en sus galerías (Berlín y Barcelona), tanto con exposiciones individuales como con la participación en ferias internacionales. Caracterizada por un transversalidad, sigue de cerca el trabajo de los nuevos y emergentes creadores. Una obra que a menudo hace contrastar con autores consolidados para mayor riqueza expositiva. Todo ello en colaboración con galerías de todo el mundo.

ADN Galería (C/ Enric Granados, 49)

Miguel Ángel Sánchez dirige ésta galería fundada en 2003 y volcada en la promoción de autores contemporáneos con poca difusión. En una galería abierta y dinámica, se programan artistas de una nueva generación que acostumbran a tener poco sitio en las salas.

Artistas locales y nuevas promesas se alternan con la representación de artes escénicas, danza contemporánea o videocreaciones en un espacio nada convencional.

Tres galerías en Consell de Cent

Galería Toni Tàpies (C/ Consell de Cent, 282)

Hijo de todo un pintor universal, Toni Tàpies tiene una dilatada trayectoria con una galería por la que han pasado desde creadores locales como Tere Recasens a artistas internacionales como João Onofre. Muestras sin la magnificencia del Fundació Antoni Tàpies pero con una visión muy personal del arte en toda su dimensión.

Galería Jordi Barnadas (C/ Consell de Cent, 347)

Mientras muchas galerías apuestan por las nuevas expresiones artísticas, Jordi Barnadas es fiel en la obra tradicional. Una filosofía de lineas abiertas donde excelentes piezas de pintura al óleo y diseño gráfico original han expuesto desde su inauguración, en 1992. Desde los nombres más destacados del panorama nacional a reconocidos artistas internacionales han pasado por ésta céntrica galería.

Galería Carles Taché (C/ Consell de Cent, 290)

La galería fundada por Carles Taché en 1986 ha conseguido reconocimiento internacional por la meticulosidad de su trabajo. La elección de autores y temas alcanza tan alto nivel que permanentemente le llegan invitaciones de las mejores ferias internacionales. La Carles Taché es habitual de la Art Cologne, la FIAC de Paris o la Chicago Art Fair.

Sin duda se trata de una sala de referencia para coleccionistas, especialistas en galerías, historiadores del arte o artistas.

Otras galerías del Eixample

Galería Joan Prats (C/ Balmes, 54)

Ésta histórica sala comenzó en la ciudad en 1976, siendo una prácticamente pionera en las muestras de arte contemporáneo de Barcelona. Artistas diversos con todo tipo de técnicas han llenado de arte sus paredes y pasillos.

Con la tercera generación de la familia Muga al mando y Gloria Pérez como directora artística, su presencia se hace notar también en ferias como Art Basel o Arco.

Galería de arte Dolors Junyent (C/ Aragó, 268)

Ésta galería situada frente a la Fundació Antoni Tàpies, se inauguró en el año 1978. Su especialidad son las obras de los siglos XIX y XX tanto en pintura como en escultura. Por ella han pasado artistas de aire vanguardista como autores contemporáneos de prestigio internacional.

Fundación Suñol Barcelona (Passeig de Gràcia, 98)

La Fundación Suñol de Barcelona dispone de uno de los más importantes fondos artísticos de España, fruto de la Colección de arte contemporáneo de Josep Suñol y de los importantes artistas de vanguardia que da a conocer. Su exposición permanente en diversos formatos se abr ió en 2002. Desde entonces, más de 200 artistas sobresalientes del siglo XX.

Figuras consagradas como Picasso, Braque o Dalí junto a autores de plena actualidad como Barceló, Mariscal o Christo. Todo sin olvidar al arte emergente del siglo XXI, que divulga en una incansable labor cultural.

Talento en pequeños y grandes espacios. Así es el arte del último siglo en las galerías del Eixample de Barcelona.

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El Fort Pienc de Barcelona es una zona que resulta desconocida para numerosos barceloneses y visitantes. Situado entre la Dreta del Eixample, la Sagrada Familia y el Poblenou, ha tenido que hacerse a sí mismo.

Alejado del centro de Barcelona, Fort Pienc se urbanizó tarde siguiendo el estilo del histórico Eixample. Sin embargo, su población es mucho más diversa. Vecinos de toda la vida conviven con otras comunidades y ahora también con equipamientos culturales de primer orden.

Una estabilidad difícil pero que es fruto de su propia historia. Aquella que comenzó con la ocupación durante la Guerra de Sucesión (1714) y donde el antiguo fuerte militar de Fort Pius (Fuerte Pio) acabó por dar nombre al barrio entero. Más abajo, la Ciutadella tuvo idéntico papel hasta que ambas fortificaciones cayeron en 1869.

A partir de entonces, el barrio de Fort Pienc se desarrolló entre su Estación de Ferrocarril (1861) y la Basílica de la Sagrada Familia (1882).

Entre sus límites naturales se cuentan grandes calles como el Paseo de Sant Joan, la Avenida Diagonal y la Avenida Meridiana. Y éstas dos últimas desembocan en la conocida Plaza de Glories.

¡Todo un barrio hecho a sí mismo!

La Plaza de Cataluña es el epicentro de Barcelona, el punto donde confluyen mil caminos. Éste lugar de encuentro para barceloneses y visitantes es el espacio para quienes celebran, van de compras o simplemente pasean.

El sitio de partida para un día de compras, el lugar de referencia de la vida nocturna, o la primera parada de una visita turística acostumbra ser la Plaza Catalunya. En ella se encuentran Las Ramblas o el Paseo de Gracia, Ciutat Vella y el Eixample, vecinos y turistas.

Cafés, comercios, hoteles y bancos ocupan buena parte de la Plaza Catalunya
Cafés, comercios, hoteles y bancos ocupan buena parte de la Plaza Catalunya

El rincón mejor comunicado de toda Barcelona no descansa ni de día ni de noche. Se cruzan en ella distintas arterias de la ciudad como las Ramblas, el Paseo de Gracia o el Portal del Ángel.

La mítica Plaza Catalunya se remonta al año 1859, aunque su construcción no se inició hasta pasada la Exposición Universal de 1888. En aquel momento se ganó un espacio que hoy ocupan restaurantes y cafeterías, oficinas y bancos. Hoy lo ansían también las mejores marcas.

La historia de la Plaza Catalunya se escribe día a día, en mitad de Barcelona.

El barrio más multicultural de Barcelona es también el de más carácter y uno de los más históricos. El Raval es un lugar de arte y vida, de tendencias sociales y turismo global que sorprende al paseante.

Los arrabales de la ciudad lo fueron mientras las murallas de Barcelona separaban a unos y otros. Y es que el actual El Raval era zona de hospitales, conventos e instituciones de caridad en la antigua ciudad.

Una historia que cambió en el siglo XIX. Momento en el que se derribaron las murallas y se amplió el núcleo urbano, llegando la industria y las viviendas de la clase obrera.

El siguiente cambio importante llegó con los Juegos Olímpicos de 1992, y la revolución de toda una ciudad. Tras aquella etapa, el Raval es lugar intergeneracional, donde viejos vecinos y jovenes estudiantes conviven con familias del mundo que lo han convertido en crisol de culturas.

Desconocido al principio y atractivo después, el Raval integra y se transforma cada día.

El Paseo de Gracia unió en sus inicio a la gran Barcelona con la vecina villa de Gracia. Un paseo desde la Plaza Catalunya y hasta los Jardinets de Gracia, descubre los secretos de la avenida más lujosa de la ciudad.

Desde el auténtico km 0 de Barcelona, la Plaza de Catalunya, y a pocos metros de las Ramblas se alza el majestuoso Paseo de Gracia. Una avenida que hasta la década de 1820 fue un camino rural que llevaba del Portal del Ángel -una de las puertas de entrada a la Barcelona de la época- con la vecina villa de Gracia.

Hoy en día el Paseo de Gracia es la avenida elegante y señorial de Barcelona.Una gran calle con las mejores tiendas de moda, el modernismo más representativo, así como hoteles y restaurantes de primera categoría.

La mayor exclusividad en poco menos de 1,5 kilómetros, al estilo de los parisinos Campos Elíseos. Así es el Paseo de Gracia, donde muy pocos pueden vivir pero que muchos otros visitan a diario.

Un paseo por el mundo

Si la presencia oficial de un país se hace a través de su representación diplomática, el Paseo de Gracia es uno de los más internacionales de Barcelona. Hasta seis países tienen su sitio a lo largo del trazado, donde banderas y placas reciben a personas de todo el mundo.

Desde la Plaza Catalunya, el primer país que encontramos es Turquía (Pg de Gràcia, 7). Algo más arriba se encuentra Argentina (Pg Gracia, 11), haciendo esquina con Gran Via.

En el lado opuesto encontramos a Panamá (Pg Gracia, 20) y Cuba (Pg Gracia, 34). Los ciudadanos de Uruguay (Pg Gracia, 55) acceden junto al Bulevard Rosa. Y para llegar a la delegación de Alemania (Pg Gracia, 111) hay que cruzar la Avenida Diagonal, hasta el edificio que acogerá al futuro Four Seasons de Barcelona.

Consulados de todos los rincones a los que se suma una delegación gastronómica auténticamente ibérica, la de El Nacional. El mayor Mercado Gastronómico del país.

El Mandarín Oriental: placer de los sentidos

Tras la Gran Vía se suceden las tiendas, algunas terrazas y restaurantes. Superada la calle Diputación, y entre marcas de prestigio como Tiffany’s o Manolo Blahnik aparece una imponente entrada, la del Hotel Mandarín Oriental (Passeig de Gràcia, 38-40).

En su interior se encuentra el el lugar perfecto para descansar de todo el ajetreo, relajarte y disfrutar de los más selectos platos en el restaurante Moments, de dos estrellas Michelín. Dirigido por la chef Carme Ruscalleda y su hijo Raül Balam, ofrece una renovación de las tradicionales recetas catalanas y los primeros menús anti-envejecimiento de Barcelona.

A Ruscalleda se le ha sumado el chef Ángel León y su BistrEau, que trae a Barcelona su cocina de la costa. Embutidos marinos, cefalópodos en lugar de hortalizas y plancton como arroz. Una cocina entre dos aguas, las del Mediterráneo y las del Atlántico.

Y en la planta baja, el Banker’s Bar, una cuidada y elegante coctelería decorada con las cajas fuertes originales del banco que un día acogió el edificio.

Cultura y moda en la Manzana de la Discordia

La Casa Batlló (Pg Gracia, 35), la Casa Amatller (Pg Gracia, 41) y la Casa Lleó Morera (Pg Gracia, 43) nos sorprenden de vuelta al Paseo de Gracia. Se conoce como “Manzana de la Discordia” a esta parte del paseo en la que en menos de cien metros se suceden obras de figuras clave del modernismo: Antoni Gaudí, Josep Puig i Cadafalch y Lluís Domènech i Muntaner.

Cruzando la calle Aragón encontramos edificios contemporáneo pero igualmente majestuoso, como la tienda enseña de Burberry (Pg Gracia, 5).

A continuación, la tienda Replay (Pg Gracia, 60). Su diseño, mezcla de roca, madera y luz natural, invita a entrar atravesando un pequeño estanque con agua.

Sólo un poco más arriba puedes entrar en la Casa del Libro (Pg Gracia, 62). Una librería de referencia, con 90 años de historia y una amplia selección de libros de los más variados temas y formatos.

Al salir, el lujo y la historia vuelven a seducirnos con uno de los hoteles clásicos de la ciudad: el Hotel Majestic (Pg Gracia, 68-70). Sus cinco estrellas y su inconfundible estilo neoclásico enamoran a propios y extraños.

La Pedrera, la gran joya del Paseo de Gracia

El Paseo de Gracia no sería lo mismo sin otra de las obras del genial Gaudí. Con un siglo a sus espaldas, la Casa Milà (C/ Provença, 261) – conocida como La Pedrera – es un icono de Barcelona. Recibe cada año a más de millón y medio de visitantes.

El nombre de La Pedrera (que en catalán significa cantera) no es casual. El sinfín de ondulaciones que cubre su fachada la distingue del resto de edificios para convertirla en una verdadera escultura.

Justo enfrente de La Pedrera, la Galería Loewe (Pg Gracia, 91). En cinco plantas diferentes se recrea la historia y el proceso de creación de algunos de sus productos estrella. Un regalo a la ciudad de éste icono de la moda, tras más de un siglo de idilio con ella.

Algo más arriba la tienda Santa Eulalia (Pg Gracia, 93) es parada obligatoria. Se trata de la sastrería de referencia de Barcelona, que abrió sus puertas por primera vez en 1843. Actualmente, una nueva generación a su cargo y aires renovados mantiene su esencia con el vigor del primer día.

Cena con estrella en el Roca Moo

Con el anochecer las tiendas cierran y hay que dar por acabadas las compras. Sin embargo, el Paseo de Gracia tiene mucho más que ofrecernos. El Hotel Omm (C/ Rosselló, 265) nos hará disfrutar de la velada de 5 estrellas. Un espacio moderno y colorista con un restaurante de excepcional categoría.

Tras diez años de historia, el equipo del restaurante El Celler de Can Roca, en la ciudad de Girona, renovó el restaurante y abrió el Roca Bar. El resultado ha sido el reconocimiento internacional con su primera estrella Michelín. Todo un premio a la innovación por un concepto que reinventa el modelo habitual.

En el Roca Moo la cocina ocupa la sala para que los clientes vean in situ la preparación de los platos. La satisfacción de los comensales está prácticamente asegurada.

Els Jardinets de Gracia

Al cruzar la Avenida Diagonal nos encontramos con los Jardinets de Gracia. Al final de los jardines que dan la bienvenida al barrio de Gracia, encontraremos la Casa Fuster (Pg Gracia, 132).

Un lujoso establecimiento proyectado por Lluís Domènech i Montaner que ha sido declarado hotel-monumento. El interior del hotel combina el ambiente modernista con un estilo confortable y elegante.

En la última planta espera la terraza Blue View, un espacio al aire libre con música en directo con vistas inmejorables de la ciudad.

Se acaba una una fantástica jornada con el Paseo de Gracia a los pies, centro del histórico Eixample de Barcelona.

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