El mercado del alquiler en España sigue en el centro del debate político y social. Tras meses de pausa legislativa, el Congreso reactiva la ley de alquileres de temporada y de habitaciones, una medida largamente esperada que busca poner orden en uno de los segmentos más desregulados y conflictivos del mercado inmobiliario.

Esta iniciativa, impulsada por varios grupos parlamentarios —Sumar, ERC, Bildu, Podemos y BNG—, retoma su tramitación casi un año después de haber sido admitida a trámite. La ponencia encargada de estudiar el texto tiene previsto reunirse el próximo 11 de noviembre, en lo que supone el primer paso formal hacia su debate y posible aprobación.

La nueva regulación pretende frenar los abusos y el fraude detectado en contratos temporales y alquileres de habitaciones, especialmente en grandes ciudades donde la demanda supera ampliamente la oferta. Pero, ¿qué cambia realmente con esta ley? ¿Cómo puede afectar tanto a propietarios como a inquilinos?

El Congreso reactiva la ley de alquileres de temporada y de habitaciones

Un año de espera y tensiones políticas en torno a la ley

La tramitación de esta ley no ha estado exenta de controversias. Desde que fue presentada en diciembre de 2024, las diferencias entre el PSOE y sus socios parlamentarios de izquierda retrasaron el avance del proyecto.

Formaciones como ERC y Sumar han expresado en varias ocasiones su frustración por la demora, argumentando que la falta de una regulación clara ha permitido que muchos propietarios utilicen la figura del alquiler de temporada como vía para eludir los límites de precios o las condiciones establecidas para el alquiler habitual.

Finalmente, la ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, confirmó la reactivación de la ponencia y pidió a los grupos parlamentarios trabajar para alcanzar un consenso amplio. Desde su cartera subrayaron que la regulación de los alquileres de temporada y de habitaciones es “imprescindible” para frenar prácticas abusivas y garantizar mayor transparencia en el mercado.

Objetivo principal: evitar el uso fraudulento de los contratos temporales

Uno de los ejes centrales de la propuesta es la reforma de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), con el propósito de equiparar los contratos de alquiler de temporada a los de vivienda habitual cuando se utilicen indebidamente.

En los últimos años, se ha detectado un aumento de los contratos temporales utilizados para fines residenciales permanentes. En teoría, el alquiler de temporada está pensado para situaciones concretas —como desplazamientos laborales, estudios o estancias por tiempo limitado—, pero en la práctica muchos propietarios lo emplean para sortear las condiciones de los contratos tradicionales, como la duración mínima de cinco años o la limitación de precios en zonas tensionadas.

La reforma busca corregir este desvío mediante dos mecanismos principales:

  1. Justificación obligatoria de la temporalidad: el arrendador deberá demostrar la causa que justifica la naturaleza temporal del contrato, tal como sucede en la legislación laboral con los contratos eventuales.
  2. Duración máxima de nueve meses: los contratos no podrán exceder ese plazo. Si se encadenan más de dos contratos consecutivos o se supera el tiempo establecido, se considerará automáticamente un contrato de vivienda habitual, aplicándose todas las garantías legales correspondientes.

Con ello, el objetivo es poner fin a la confusión normativa que ha permitido durante años un uso irregular del alquiler de temporada, generando inseguridad jurídica y desigualdad entre inquilinos.

Alquiler de habitaciones: un nuevo marco legal ante su auge

Además del alquiler de temporada, la ley también pretende regular el alquiler de habitaciones, un fenómeno que ha crecido de forma exponencial en las grandes ciudades.
Ante el encarecimiento del mercado y la escasez de viviendas completas en alquiler, muchos propietarios optan por arrendar por habitaciones, una práctica que hasta ahora carecía de un marco jurídico definido.

La nueva norma busca establecer criterios básicos en este tipo de contratos, que podrían incluir:

  • La necesidad de un acuerdo por escrito entre las partes.
  • La definición clara de los espacios comunes y privados.
  • La fijación de condiciones mínimas de habitabilidad y convivencia.
  • La obligación de declarar los ingresos derivados de estos alquileres.

Con esta regulación, el Gobierno pretende aumentar la transparencia y proteger tanto a propietarios como a arrendatarios, evitando conflictos derivados de la falta de reglas claras.

Impacto en el mercado del alquiler: entre la contención y la incertidumbre

La reactivación de la ley de alquileres de temporada y de habitaciones genera opiniones divididas entre los agentes del sector inmobiliario.

Por un lado, se valora positivamente el intento de poner orden en un mercado saturado, donde la falta de control ha favorecido la especulación y el aumento de precios. Por otro, algunas asociaciones de propietarios advierten que un exceso de regulación podría desincentivar la oferta de vivienda en alquiler, reduciendo aún más las opciones disponibles y encareciendo los precios.

Los analistas prevén que, si la norma se aplica de manera equilibrada, podría beneficiar al mercado a medio plazo, promoviendo una mayor profesionalización y garantizando la función social de la vivienda. Sin embargo, si se endurecen demasiado las condiciones, podría trasladar parte de la oferta al alquiler turístico o incluso a la venta directa de inmuebles.

El papel de la fiscalidad: nuevo impuesto a grandes tenedores

De forma paralela a esta ley, el Congreso también debatirá una propuesta de ERC para introducir un nuevo impuesto a los propietarios con tres o más viviendas.
El objetivo es penalizar la acumulación especulativa de inmuebles y fomentar que los grandes tenedores pongan más unidades en el mercado del alquiler.

Desde el Ministerio de Vivienda destacan que “la fiscalidad es una herramienta clave para equilibrar el mercado y reforzar la función social del parque inmobiliario”.
No obstante, este punto ha generado un intenso debate, ya que algunos expertos advierten que la sobrecarga fiscal podría frenar nuevas inversiones en el sector residencial.

Una oportunidad para redefinir el equilibrio entre propiedad y alquiler

Más allá de la polémica política, la reactivación de la ley de alquileres de temporada y de habitaciones marca un paso importante hacia una mayor transparencia en el mercado inmobiliario español.
La regulación pretende ofrecer seguridad jurídica, evitar prácticas abusivas y garantizar un acceso más justo a la vivienda, sin dejar de proteger la rentabilidad legítima de los propietarios.

Para los inversores, esta coyuntura puede convertirse en una oportunidad. La nueva ley no busca frenar la inversión, sino crear un entorno más estable y previsible, donde las reglas sean claras y las operaciones, más seguras.

El mercado inmobiliario español evoluciona constantemente, y cada cambio legislativo puede tener un impacto directo en la rentabilidad, las oportunidades y los riesgos de invertir o alquilar una vivienda.
Por eso, antes de tomar decisiones, es fundamental contar con asesoramiento experto que permita interpretar correctamente el marco legal y optimizar cada operación.

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