La oferta de viviendas en venta en España está atravesando uno de los momentos más críticos de la última década. Según el último informe publicado por Idealista, el número de propiedades disponibles para comprar se ha desplomado un 20% en el segundo trimestre de 2025 respecto al mismo periodo del año anterior. Este descenso representa la mayor caída interanual registrada desde que existen datos en el portal inmobiliario.
Este fenómeno no solo refleja una reducción de la oferta, sino también un cambio estructural en el funcionamiento del mercado inmobiliario español. En este artículo analizamos las causas, las consecuencias y las posibles soluciones para afrontar esta situación, que ya empieza a preocupar tanto a compradores como a inversores y expertos del sector.

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¿Por qué cae la oferta de viviendas en venta?
La escasez de viviendas en venta responde a una combinación de factores que se vienen acumulando desde hace años. Entre ellos destacan:
- Falta de nueva construcción: Durante la última década, el ritmo de construcción de vivienda nueva no ha logrado cubrir la demanda creciente. Muchas administraciones se han mostrado reticentes a impulsar nuevos desarrollos urbanos por temor a repetir errores del pasado, especialmente los asociados a la burbuja inmobiliaria.
- Revalorización del alquiler: Ante la subida del precio de venta de los inmuebles y las restricciones crediticias, muchos propietarios prefieren destinar sus viviendas al alquiler, lo que reduce el stock disponible para la venta.
- Incertidumbre económica: Aunque los tipos de interés están bajando, la incertidumbre política y económica hace que muchas familias retrasen decisiones importantes como la venta de una propiedad, esperando un mejor contexto.
- Reformas legislativas: Cambios en las políticas de vivienda, restricciones urbanísticas o fiscalidad sobre las operaciones inmobiliarias pueden estar influyendo negativamente en la puesta en venta de viviendas.
Una caída generalizada: capitales y provincias afectadas
Lo más llamativo de esta caída de la oferta de viviendas en venta es que afecta prácticamente a todo el territorio nacional. Según el estudio de Idealista, todas las capitales españolas cuentan con menos viviendas en venta que hace un año, y en casi todas las reducciones superan el 10%.
- Las ciudades con mayor desplome son Segovia y Ciudad Real, con una caída del 45%.
- Les siguen Oviedo (-44%), Albacete (-41%) y Logroño (-40%).
- Entre las grandes capitales, Bilbao encabeza el descenso con un -33%, seguido por Sevilla (-26%), Madrid (-25%) y Valencia (-24%).
- Barcelona, Palma y San Sebastián han experimentado una caída del 21% en su oferta.
- Málaga destaca como la capital con el menor descenso: solo un 3%.
En el ámbito provincial, el panorama es igualmente desalentador. La provincia de Vizcaya lidera la caída con un 35%, seguida de Segovia (-33%) y La Rioja (-33%). En la Comunidad de Madrid, el descenso es del 27%, mientras que en la provincia de Barcelona alcanza el 22%. Sólo algunas zonas, como Santa Cruz de Tenerife o Cáceres, han registrado caídas menores (-7%).
Consecuencias de la escasez de viviendas en venta
La reducción en la oferta tiene un efecto directo en todo el ecosistema inmobiliario. Estas son algunas de las principales consecuencias:
Aumento de precios
Con menos viviendas disponibles y una demanda que no disminuye, los precios tienden a subir. Este escenario encarece la compra de viviendas y aleja a muchas familias del sueño de tener una casa propia.
Menos alternativas para los compradores
Quienes buscan comprar se enfrentan a una oferta limitada, lo que obliga a tomar decisiones más rápidas y con menor margen de comparación. Esto puede derivar en compras menos meditadas o en la postergación de la operación.
Presión sobre el mercado de alquiler
Al no encontrar opciones de compra asequibles, muchas personas se vuelcan al alquiler, generando una presión adicional sobre un mercado ya tensionado. Esto repercute en los precios de arrendamiento, que también siguen subiendo.
Desigualdad territorial
Las grandes urbes y zonas turísticas concentran la mayoría de la demanda, pero también las mayores caídas en la oferta. Esto puede acentuar la desigualdad entre territorios y dificultar aún más el acceso a la vivienda en ciertas regiones.
¿Qué se puede hacer ante la caída de la oferta de viviendas en venta?
Según Francisco Iñareta, portavoz de Idealista, la solución pasa por impulsar la construcción de nueva vivienda. “Muchas administraciones no consideran necesario construir más, quizás por miedo a los errores del pasado. Pero hoy estamos en una situación completamente distinta, con una población creciente, tipos de interés en descenso y un mercado del alquiler inalcanzable. No construir más vivienda sería un error”, señala.
Algunas medidas necesarias podrían incluir:
- Agilizar trámites para nuevos desarrollos urbanísticos.
- Incentivar fiscalmente a quienes decidan vender.
- Estimular la promoción de vivienda asequible y protegida.
- Mejorar la seguridad jurídica para que los propietarios no duden en sacar sus viviendas al mercado.
¿Es este un buen momento para vender o invertir?
A pesar de las dificultades, el momento puede ser muy favorable para quienes buscan vender, precisamente por la escasez de producto. Con menos competencia, es posible obtener mejores condiciones de venta y cerrar operaciones más rápidamente.
Del mismo modo, para inversores, este contexto puede representar una oportunidad interesante si se identifican ubicaciones estratégicas donde la demanda sigue siendo alta y el valor de los activos aún tiene recorrido al alza.
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