El mercado inmobiliario español se enfrenta a un reto tan urgente como complejo: la falta de oferta de vivienda asequible en las grandes ciudades. La combinación de precios elevados, escasez de suelo y aumento de la demanda ha hecho que encontrar una casa —ya sea para vivir o para invertir— sea una tarea cada vez más difícil. Ante este escenario, urbanistas, arquitectos y administraciones públicas coinciden en una solución clave para equilibrar el mercado: incrementar la edificabilidad y la densidad de vivienda en los nuevos desarrollos. Dos conceptos que, aunque suenan técnicos, son fundamentales para entender cómo se puede construir más y mejor sin necesidad de ampliar el suelo urbano disponible.
En este artículo te explicamos qué significan la edificabilidad y la densidad de vivienda, por qué son tan relevantes hoy en España y cómo pueden transformar el acceso a la vivienda en los próximos años.

¿Qué significan la edificabilidad y la densidad de vivienda?
Antes de entrar en el debate, conviene aclarar los conceptos.
- Edificabilidad: se refiere a la cantidad de metros cuadrados que se pueden construir en un terreno determinado. Es un coeficiente que los planes urbanísticos establecen para evitar construcciones desproporcionadas y garantizar un equilibrio entre el espacio construido y las zonas libres.
- Densidad de vivienda: hace referencia al número de viviendas que se pueden construir por unidad de superficie, generalmente por hectárea. Cuanto mayor es la densidad, más viviendas pueden levantarse en un mismo terreno.
Ambos conceptos están estrechamente ligados. Un aumento en la edificabilidad permite construir edificios más altos o con más metros útiles, mientras que un incremento en la densidad facilita la creación de un mayor número de viviendas en la misma superficie de suelo.
En conjunto, aumentar la edificabilidad y la densidad de vivienda es una herramienta esencial para aprovechar mejor los recursos urbanos, especialmente en aquellas áreas donde el suelo es escaso y la demanda de vivienda es alta.
Una respuesta necesaria ante el desafío habitacional en España
En los últimos años, los precios de la vivienda han subido de manera constante, especialmente en comunidades como Madrid, Cataluña o Baleares, donde la demanda supera ampliamente la oferta. Esto ha obligado a muchas familias a trasladarse a zonas periféricas o incluso a otras provincias.
La falta de vivienda asequible se ha convertido en uno de los grandes problemas sociales del país. Mientras la construcción de nuevas promociones sigue siendo insuficiente para cubrir la demanda, el parque inmobiliario existente envejece y los alquileres continúan al alza.
Frente a esta situación, incrementar la edificabilidad y la densidad residencial se presenta como una alternativa realista y sostenible. No se trata de construir más por construir, sino de optimizar el suelo urbano disponible para crear barrios más eficientes, compactos y con mejor calidad de vida.
El debate sobre la ciudad vertical y la sostenibilidad
Durante décadas, la expansión urbana en España se ha basado en el modelo de ciudad horizontal: viviendas unifamiliares, urbanizaciones y barrios que se extienden hacia las afueras. Este patrón ha generado mayor consumo de suelo, dependencia del coche y costes elevados en infraestructuras públicas.
En cambio, aumentar la densidad de vivienda y la edificabilidad permite desarrollar ciudades verticales, donde la concentración de población favorece la movilidad sostenible, el uso eficiente de los servicios públicos y la revitalización del tejido urbano.
Además, la edificación compacta y bien planificada reduce la huella ecológica: se consume menos suelo natural, se mejora la eficiencia energética de los edificios y se promueve una vida de barrio más activa y cohesionada.
En resumen, apostar por la densidad y la edificabilidad no significa saturar el territorio, sino planificarlo mejor para responder a las necesidades actuales sin comprometer el futuro.
Ejemplos y medidas en distintas comunidades autónomas
Distintas regiones de España ya están adoptando medidas en esta línea.
- Madrid, por ejemplo, ha aprobado un plan de choque en materia de vivienda que incrementa en un 10% la edificabilidad y en un 20% la densidad de los terrenos destinados a viviendas protegidas. Lo más relevante es que esta medida puede aplicarse sin necesidad de modificar los planes urbanísticos existentes, lo que agiliza los plazos de construcción y reduce los costes administrativos.
- En Cataluña, el debate sobre el aumento de la densidad urbana se ha reactivado ante el crecimiento de la población y la falta de suelo disponible. El propio secretario del Territorio ha insistido en la necesidad de “elevar la densidad y las alturas en las áreas metropolitanas”, donde la presión inmobiliaria es mayor.
- Por su parte, el País Vasco y Aragón también estudian reformas normativas que permitan adaptar la planificación urbana a las nuevas realidades demográficas, con modelos más flexibles según el tamaño y las necesidades de cada municipio.
Estas medidas buscan un objetivo común: incrementar la oferta de vivienda sin extender artificialmente el perímetro urbano. En otras palabras, crecer hacia arriba en lugar de hacia afuera.
El papel del sector público y privado en la edificabilidad y la densidad de vivienda
Aumentar la edificabilidad y la densidad de vivienda no depende solo de decisiones técnicas. Requiere una estrecha colaboración entre administraciones públicas y sector privado.
Como han destacado varios expertos en vivienda, el Estado y las comunidades autónomas deben facilitar los marcos normativos y financieros que permitan a promotores y constructoras impulsar proyectos residenciales más ambiciosos.
Por otro lado, los ayuntamientos —que conocen mejor las necesidades de su territorio— tienen la responsabilidad de integrar estas nuevas construcciones de manera armónica en el entorno urbano, garantizando la accesibilidad, los servicios y las zonas verdes necesarias para mantener la calidad de vida.
Un cambio de mentalidad en la planificación urbana
La realidad es que el número de hogares en España sigue aumentando, mientras que el tamaño medio de las familias se reduce. Esto exige repensar el modelo de vivienda, adaptándolo a nuevas formas de convivencia, a un mercado laboral cambiante y a los retos del cambio climático.
Aumentar la edificabilidad y la densidad de vivienda no debe interpretarse como un sacrificio estético o una pérdida de espacio, sino como una oportunidad para diseñar ciudades más inteligentes, sostenibles y accesibles.
Es el momento de apostar por viviendas más pequeñas, eficientes y bien conectadas, con espacios comunes, zonas verdes y servicios compartidos que mejoren la calidad de vida de los residentes.
La edificabilidad y la densidad como motor del cambio
La edificabilidad y la densidad de vivienda no son solo términos técnicos del urbanismo, sino herramientas decisivas para el futuro del mercado inmobiliario español. Aumentarlas de forma equilibrada puede ayudar a aliviar la presión sobre los precios, fomentar la sostenibilidad urbana y garantizar que más personas puedan acceder a una vivienda digna.
La clave está en lograr un equilibrio entre crecimiento, habitabilidad y planificación, donde la colaboración entre administraciones, promotores y ciudadanía sea la base del éxito.
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