La Costa del Sol, abanderada en no pocas ocasiones de las recuperaciones de las crisis del sector de la construcción ha levantado el vuelo, en cuanto a los alquileres vacacionales se refiere, mostrando claros signos de restablecimiento.

La reanimación de la inversión inmobiliaria en las costas, concretamente en las andaluzas, sigue extendiéndose lentamente y de forma muy heterogénea. Lejos de ser una mala noticia, muy al contrario es la mejor revelación que podríamos conocer con respecto al ámbito que nos atañe.

 

El precio del suelo apto para construcción de residenciales en la provincia de Málaga ha subido, en el segundo trimestre de 2017, un 4,1% con respecto al mismo periodo del año pasado. Estos índices son los que posteriormente traducen los precios cotizándose, actualmente el metro cuadrado de suelo residencial hasta en 1.399 euros/metro cuadrado: 154 euros más que la media nacional, según datos ofrecidos por la tasadora Tinsa.

Los actores de la recuperación
La vuelta progresiva de la demanda nacional, la apertura de la financiación y los fondos de inversión extranjeros son los actores principales que están impulsando los precios y la reanimación de la inversión inmobiliaria en la mayor parte de los municipios de costa.

Por su parte, los ahorradores y particulares y el comprador internacional son los actores secundarios de la demanda inmobiliaria. En conjunto, todos ellos, son los que han permitido que la compraventa creciera, en 2016, un 6%; cifra parecida que se espera registrar cuando concluya el presente año.

Y es esto, precisamente, lo que explica que la provincia de Málaga ocupe la primera posición en el ranking de provincias con mayor número de compraventas realizadas en los últimos cuatro meses del año, teniendo como referencia -en el otro lado de la tabla que permite trazar la curva alcista- el parque de viviendas que posee: 32,1 compraventas por cada mil existentes.

Lo que indudablemente crece a un mayor ritmo es la demanda y esto se traduce en un mayor volumen de transacciones. Desde el IPE aseguran que, hoy por hoy, la mitad de las compraventas que se realizan se culminan gracias a la concesión de hipotecas y la otra mitad se llevan a buen término pagando al contado, lo que pone de relieve la importancia de los clientes extranjeros e inversores en el nuevo entramado comercial de la inversión inmobiliaria.

La otra buena noticia, sin embargo, es que el crecimiento y subida de precios que, de momento, se está experimentando es «sostenido». Para el director general del Instituto de Práctica Empresarial (IPE), José Antonio Pérez, el peligro reside en la falta de suelo finalista en la Costa del Sol que permita atender la actual demanda de suelo para futuras construcciones y proyectos por parte de los inversores y promotores: «esto limitará la tendencia, pudiendo crear una subida desproporcionada de los precios en algunos enclaves».

El cliente nacional y los fondos de inversión extranjera
De todos es conocido que en zonas costeras como es la Costa del Sol, los extranjeros han liderado la compraventa de viviendas al calor de una mejor calidad de vida que la que sus países de origen puede ofrecerles.

Sin embargo, en lo que va de 2017 puede ya afirmarse que, la compra de viviendas en el mercado inmobiliario por parte de españoles, ha comenzado a igualarse: el cliente nacional vuelve a tener confianza y sentir esa motivación necesaria que le anima a invertir en propiedades de costa y playa.

La caída de precios registrada en la crisis forma parte del pasado, reconociéndose una importante revalorización de los inmuebles. Además, la rentabilidad de estos productos es innegable y es una cuestión que ha estado siempre muy presente en la mente del cliente nacional, aunque bien es verdad que la llegada de fondos de inversión inmobiliaria extranjeros ha permitido al sector sacar la cabeza de la crisis, recuperando su tono vital.

 

Estos fondos de inversión han conseguido, además, hacer del sector inmobiliario un sector más profesional, adaptado a las necesidades de un cliente que también ha cambiado y se ha vuelto más exigente con el producto que busca.

En este sentido, los expertos recalcan que no nos encontramos ante un nuevo boom inmobiliario como el que, hace una década, llevó al sector de la construcción en la Costa del Sol a la crisis del ladrillo.

Cierto es que de las experiencias negativas se aprende y, los especialistas han entendido el mensaje: errar en la misma piedra es de torpes o necios. Actualmente, se trabaja de una forma muy diferente a la de hace diez años, primando las garantías en las ventas, la transparencia en los procesos, el aumento en la calidad del producto y el diseño armónico y en consonancia con el respeto al entorno.

Toca ahora, quizá, lo más difícil: consolidar la incipiente recuperación del sector.

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